Las elecciones generales en Honduras se llevaran a cabo el 24 de noviembre de este año y muchas expectativas se han generado alrededor de los posibles resultados, así como del proceso mismo.
Luego del Golpe de Estado del 2009 que llego a interrumpir 27 años de democracia, Honduras ha pasado por cuatro años de un incremento en la polarización de la sociedad entre la derecha que defendió el Golpe de Estado y la denominada Resistencia Popular que ahora aglutinada en el Partido Libre ha creado una izquierda socialista con participación de diferentes sectores que comparten una oposición al tradicionalismo político representado por el bipartidismo de los Partidos Liberal y Nacional.
El Partido Libertad y Refundación Libre tiene como candidata a Xiomara Castro, esposa del depuesto presidente Manuel Zelaya quien luego de su retorno luego de un exilio de más de un año fundó junto a la Resistencia Popular una institución política que actualmente se ha convertido en la principal fuerza política del país.
Castro de Zelaya actualmente aventaja por 10 puntos porcentuales a su competidor más cercano.
Los demás candidatos representan a otros sectores que también han sido parte de la polarización.
Todos los demás de corte de derecha con fuertes lazos con los intereses de los Estados Unidos.
Más allá de la campaña que ya ha iniciado con notables desventajas en los recursos de uno y otro partido, la principal preocupación de la población es la legitimidad de las elecciones.
Actualmente el Partido Nacional (en el gobierno) se vio envuelto en un escándalo de corrupción en las elecciones primarias en las que con manipulación de las actas de los centros de elecciones se impuso como candidato al actual presidente del Congreso Nacional.
Para muchos el fraude electoral es inevitable.
Por otra parte están las amenazas de seguridad que ya han sufrido varios candidatos no solo del Partido Libre sino también de otras expresiones que ponen en peligro el control político de los partidos tradicionales.
Luego de lo acontecido con el Golpe de Estado, los incrementos en la pobreza y la violencia, así como más de 200 militantes de la Resistencia Popular asesinados impunemente y miles de exiliados, la población espera que estas elecciones puedan poner fin a la asonada golpista y dar paso a la construcción de un nuevo proceso democrático.
