Voluntariado ambiental, héroes anónimos que luchan por el planeta

2013-10-10 39

Limpiar una playa; un fondo marino; despojar las riberas de un río de desperdicios; anillar aves, censarlas o fografiarlas. Son ejemplos de las actividades que desempeñan los voluntarios ambientales, ciudadanos que de forma altruista realizan acciones directas sobre un espacio, actividades que en la mayoría de los casos contribuyen a conservar y a proteger los recursos naturales pero también a mejorar su aspecto.
Con esas acciones, los voluntarios se convierten en aliados anónimos de la naturaleza. Prácticamente todas las administraciones e instituciones tienen sus propios


programas de voluntariado ambiental, y la Unión Europea hasta cubre con ayudas económicas estas actividades, con el fin de propiciar la movilidad de los jóvenes por distintos países.

Un voluntario serbio en el corazón del Delta del Ebro

Vojkan Dimitrijevic es un joven serbio que trabaja como voluntario en la reserva ecológica de Riet Vell, un espacio de casi 50 hectáreas en el corazón del Delta del Ebro donde conviven el cultivo ecológico del arroz y la recuperación y conservación de hábitats naturales de zonas húmedas.


Durante nueve meses, y gracias a una beca de la UE, Vojkan trabaja como voluntario en esa reserva y convive con jóvenes de varios países en la "Casa del Voluntario" ubicada en la propia reserva, una estancia que aprovecha además para perfeccionar su formación académica y el dominio del español.

"Me trae el amor por la naturaleza, pero conozco a gente y perfecciono el español", explica a EFE este joven voluntario durante un receso de la actividad.

Las grandes catástrofes medioambientales generan oleadas de solidaridad, como la que surgió como consecuencia del accidente del "Prestige", hace ahora diez años, cuando miles de personas contrarrestaron la marea negra causada por el petrolero con una marea blanca que limpió de chapapote la costa atlántica y el litoral cantábrico.


Pero a diario, y sobre todo los fines de semana, miles de personas participan en pequeñas acciones de voluntariado; unas, sobre todo las de limpieza de parques o playas emblemáticas, involucran a centenares de personas o a colegios enteros, pero en otras, grupos reducidos de voluntarios realizan una acción directa sobre un entorno y consiguen embellecer un paisaje y poner en valor sus recursos naturales.