Mientras las negociaciones continúan su curso en Oviedo, una treintena de trabajadores cumplieron ayer su cuarto día de encierro en las instalaciones del polígono industrial de Salcedo. Si bien no renuncian a reclamar las cinco mensualidades íntegras que se les adeuda, sus demandas se dirigen ahora hacia el futuro de los 81 empleos y la supervivencia de la firma. Una pancarta colocada en la valla que cierra el acceso a la fábrica lo deja claro: 'Zabala vende. Queremos trabajar'. Los trabajadores critican así a la familia que posee el 75% de las acciones de la compañía, que rechazó la que parecía la oferta más firme de adquisición de la emblemática firma naviega.
