Barcelona, 28 ago (EFE).-
Faltó ambiente en las gradas y después tampoco se llenaron las calles barcelonesas; sólo unas decenas de aficionados se acercaron hasta la plaza de Canaletas para celebrar el decimosexto título en cinco años del FC Barcelona, el primero de la era Martino y el menos brillante también de todos los conseguidos en el último lustro, tras empatar sin goles ante el Atlético de Madrid en la vuelta de la Supercopa.
Un partido gris, plomizo y sin apenas ocasiones en que Martino puso por fin a Messi y a Neymar juntos de salida, a costa de dejar a Iniesta en el banquillo, mientras Simeone confió en el mismo once que tantos problemas le causó al Barça en el encuentro de ida.
Primer título pues del Tata Martino, quien no dudó en ceder el mérito a los jugadores, a Tito Vilanova y al cuerpo técnico.
AMBIENTE EN BARCELONA TRAS EL TRIUNFO DEL BARÇA.
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