Es lo que ocurrió durante el fin de semana en el Open Canadá 2013, en Vancuver, cuando Bodin Issara consideró que la mejor manera de arreglar las diferencias con su ex compañero de selección de Tailandia y rival de turno en la final del torneo, Maneepong Jongjit, era perseguirlo por la cancha y propinarle un par de golpes