China ha dado un paso adelante para tratar de zanjar el peor escándalo político en el país desde Tiananmen. El exlíder comunista, Bo Xilai, ha sido acusado formalmente de corrupción. Un tribunal de Jinan, en el este, le ha imputado por soborno, malversación y abuso de poder. El juicio podría comenzar rápidamente, en cuestión de semanas.
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