Cuando la mayoría de nosotros pensamos acerca de la evolución, nos inclinamos a pensar en ella en términos de organismos simples que evolucionan hacia organismos más complejos. Reacciones químicas simples que evolucionaron hacia células simples, las cuales mas tarde evolucionaron hacia organismos más complejos, y así sucesivamente hasta llegar a los humanos. Ya no se cree más en que los humanos están en la cima de la escala evolutiva, pero la evolución sí tiene tendencia a dirigir a los organismos hacia una complejidad mayor, ¿o no? Sin embargo, este no es siempre el caso. Mas bien, aquellos organismos que producen la mayor cantidad de descendencia, simple o compleja, son más exitosos. Una mayor complejidad es a veces resultado de la evolución, pero la simplificación también puede ser una estrategia exitosa – todo depende del medio ambiente.