Las principales premisas que dieron forma al Neolítico son de conocimiento mas o menos general. Gebel nos las resume en cuatro facetas fundamentales: La domesticación de las especies que actualmente conocemos como ganado menor y mayor; El cultivo extensivo de cereales, leguminosas y otros; La modificación del entorno como consecuencia de la hidráulica, la explotación de yacimientos y la limpieza de terrenos, entre otros; La evolución de determinados facetas sociales e ideológicas afectas a un propósito productivo excedentario y/o comercial. Todas estas características, parece ser, fueron precursoras del “sedentarismo”, si bien y en realidad, fueron una consecuencia de ello, como desarrollaremos mas adelante.