Una imagen poco habitual en la capital egipcia: un día sin tráfico frenético. El fenómeno es pasajero y tiene una causa bien identificada. Los cairotas hacen largas colas estos días para comprar combustible por el temor a que las anunciadas marchas antigubernamentales del 30 de junio provoquen una penuria de carburante como la vivida en 2011 durante la revolución que derrocó a Mubarak.
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