A pesar de contener mercurio gaseoso, la OCU no considera peligrosas estas lámparas, pues sus técnicos no han detectado pérdidas durante su funcionamiento. “El mercurio solo es un problema si la bombilla se tira al cubo de basura en lugar de llevarla a reciclar o si se rompe de forma accidental”, incide Ramos. Eso sí, en caso de rotura en casa, esta organización recomienda seguir los siguientes pasos: 1. Vaciar de gente la habitación y dejar una ventana abierta durante unos 10 minutos (apagar el aire acondicionado si está puesto). 2. Recoger los restos de la bombilla con un trozo de cartón o una toallita húmeda en lugar de la escoba o la aspiradora. 3. Meter los restos en una bolsa, junto al cartón y la toallita utilizados, y llevarlos a un punto limpio, donde se recojan fluorescentes para su reciclaje.