El español secuestrado en Colombia, Ángel Sánchez, que ha concedido una rueda de prensa a su llegada a España ha relatado cómo fue su cautiverio. Sánchez ha sido gráfico al describir el momento más duro, cuando con las manos atadas y los ojos vendados les hicieron bajarse de un coche en mitad del desierto y ponerse de rodillas. Según Sánchez, ahí tenían la convicción de que les iban a asestar un disparo en la cabeza, por lo que llorando se abrazaron y comenzaron a rezar en alto el Padre Nuestro.