En la Plaza Taksim de Estambul sigue oliendo a gas lacrimógeno.
Aunque de madrugada la calma se instalaba en el epicentro de las protestas contra el primer ministro Erdogan, unas pocas horas antes la policía volvió a cargar contra los manifestantes que habían levantado barricadas en los accesos a la plaza y en la zona de Besiktas.
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